Paul Andrew, una voz líder en la nueva generación de talentos del diseño, cultivó su experiencia estética y técnica junto a Donna Karan, Calvin Klein, Narciso Rodríguez y el difunto Alexander McQueen. Andrew lanzó su colección homónima de calzado de mujer en el 2013, poco después amplió la línea para incluir calzado de caballero y, en el 2014, se convirtió en el primer diseñador de calzado y la marca más joven en ganar el CFDA/Vogue Fashion Fund.

En el 2016, Salvatore Ferragamo lo nombró director del departamento de diseño de calzado para mujer y, un año más tarde, lo ascendió a director creativo del departamento de mujeres. Tras el éxito global de sus primeras colecciones, Andrew fue nombrado director creativo de todas las categorías de productos Ferragamo en el 2019, la primera persona en asumir este cargo desde que el mismo Salvatore Ferragamo se hiciera cargo de la marca. 

El trabajo de Andrew es audaz y pragmático a la vez, buscando un equilibrio entre el lujo con la sostenibilidad y la conciencia medioambiental, la artesanía con las últimas innovaciones tecnológicas y materiales. Criado en la Inglaterra rural, su padre trabajó como jefe tapicero para la Reina en el Castillo de Windsor y su madre como ejecutiva para Commodore Computers, una invención pionera en aquel entonces. Este tipo de educación le inculcó una apreciación por las dualidades que definirían su enfoque estético y creativo más adelante. Andrew pasó a estudiar diseño de moda y presentó su primera colección de zapatos hechos a mano y listos para usar en la Graduate Fashion Week de Londres de 1999 con gran éxito, lo que aseguró su formación con Alexander McQueen.

La apasionada ética de trabajo de Paul Andrew, su dedicación por la creación de marcas y el espíritu emprendedor le han ganado elogios y respeto comercial a nivel internacional. En su opinión, el diseño debe inspirar y seducir, pero también ser funcional y durar. Mide el éxito de un producto, idea o imagen por igual según su capacidad para influir en la cultura y el comportamiento, así como por su capacidad para ofrecer resultados concretos de negocios. La moda como evidencia y también la provocación de la cultura es lo que intriga a Andrew, inspirándolo a buscar un futuro que espera ser imaginado y creado.